Si fuiste lesionado en un accidente automovilístico y no has podido resolver tu caso, sin duda verás tu caso llevado a un procedimiento llamado “la mediación”. A veces este proceso puede ocurrir antes de empezar un litigo, pero con más frecuencia ocurre después de empezarlo. Esto es porque las cortes generalmente obligan la mediación antes de permitir que un caso se lleve a juicio.
¿Qué es la mediación?
La mediación es una oportunidad para hablar las partes sobres sus conflictos con la ayuda de una persona tercera entrenada e imparcial cuyo trabajo es ayudarlas a alcanzar un acuerdo.
¿Quién es el mediador y qué hace?
Antes de la mediación, las partes acuerdan un individuo que puede servir de mediador. Típicamente esta persona es un abogado con experiencia relevante o un juez jubilado que ha presidido reclamos parecidos en el pasado. El papel del mediador es hablar privadamente con cada parte sobre las fuerzas y debilidades de sus argumentos respectivos, y explorar la posibilidad de alcanzar un acuerdo.
Antes de la mediación, las partes entregan confidencialmente información al mediador sobre cómo ocurrió el accidente y qué lesiones y reclamos hay que considerar. Entonces las partes y sus abogados aparecen en una fecha y hora acordadas, o en persona o por videoconferencia, para hablar con el mediador y discutir sus posiciones respectivas. Estas conversaciones normalmente se llevan a cabo separadamente, con cada parte y su abogado en cuartos distintos (o física o digitalmente). El mediador pasa de cuarto a cuarto mientras sigue la negociación. El mediador no está permitido a divulgar a una parte lo que ha dicho la otra, menos que la otra lo autorice.
Los beneficios de la mediación
La mediación es beneficiosa ya que facilita que las partes expliquen sus posiciones, reciban comentarios de una “parte desinteresada”, y potencialmente resuelvan el conflicto sin contraer todos los gastos que implica un litigio. Este intercambio de información puede ser revelador a las partes. A veces las partes no están tan lejos en sus posiciones respectivas como pensaban, y pueden alcanzar un acuerdo. En otras ocasiones, las defensas o reclamos de una parte no son tan fuertes como esperaba la otra.
Si el asunto se puede resolver en la mediación, las partes normalmente firman un acuerdo escrito. Los mediadores no pueden dar una orden que ate; sólo pueden ayudar a formar un acuerdo que incluye los términos a que las dos partes se han acordado. En caso de que el asunto no se resuelva, el mediador no puede ser llamado como testigo u obligado a divulgar sus conversaciones con las partes. Típicamente, las partes comparten igualmente las tarifas del mediador, la mayoría de los cuales cobra por hora. La mediación es un proceso beneficioso que puede ayudar a partes a resolver sus conflictos sin tener que proceder con el arduo y costoso proceso de ir a juicio.
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